lunes, 2 de abril de 2012

La lucha del esfuerzo académico frente a la crisis.

Perdidas las ganas, el interés y la ilusión; llega el desazón de sentir que no formas parte de aquel círculo del cual hace unos meses eras partícipe e incluso protagonista. Una gran barrida de oscuro agujero negro inunda todos los corazones de aquellos que han visto ir su sueño tras un puesto de trabajo, como sus tan deseados triunfos se veían frustrados por las pocas salidas laborales... ¿No solo recortamos trabajo sino también ilusiones, sueños e incluso sacrificios de las personas? ¿Qué vil animal podría llegar a tal hecho como este? Sólo el hombre conseguiría hacer daño a otro hombre de esa forma. ¿Quién devolverá esas ilusiones robadas? ¿Cuántos años faltarán para desempeñar la carrera que elijamos?
Las noticias nos hacen ver como esta realidad llega a nuestra propia vida, en nuestras casas el tema de conversación suele ser: "LA CRISIS", palabra temida por todos y no deseada, pero que tristemente se adentra en nuestro hogares y se convierte como aquellos virus que no consiguen desaparecer, es como un miedo gigantesco que consigue desmoronarte hasta el punto de no llegar a ver una salida, un camino de luz por el cual adentrarte y ver la luz del sol; todos los que se encuentran en ella están en la penumbra, aunque en realidad todos la tememos. En el caso de los estudiantes, resultaría otro factor diferente, pero ¿qué es de aquel que sin haber trabajado aún le quitan la posibilidad de poder conocer el mundo al que se enfrenta durante toda su vida? Nuestros padres nos dieron una buena educación, unas bases para no desfallecer ante los vertiginosos laberintos que nos pone la meta más alta: la satisfacción con uno mismo; y todo ello ¿para qué?
Acabar una carrera no es la meta final que todos buscamos, el último eslabón de la cadena es el trabajo, la entrada al mundo laboral; pero...si no hay trabajo para los demás, nosotros que por lógica estamos a la cola aún menos. Las depresiones se disparan, los ánimos llegan a rozar el mismo suelo que pisamos y mientras tanto, todo sigue igual, un día más del mes de abril.
Pero ¿qué hay de las ganas de seguir adelante? Esta situación es como la ola que intenta llevarte a la orilla, la crisis es el agua que nos arrastra hasta el principio y nosotros somos esos cuerpos débiles e indefensos que se adentran en el mar. ¿No hemos pasado por años felices como Educación Infantil para llegar a una etapa más difícil como la etapa de Primaria hasta llegar al salto que más miedo nos da como es la ESO? ¿Dónde quedaron las risas de la ESO para las responsabilidades en Bachillerato y la temida ahora llamada "PAEG"? ¿No lo recordáis? Pasamos por todo ello. La crisis no es más que un obstáculo más en nuestro camino. ¿Vamos a permitir que sea más fuerte que nosotros?

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